22 de Junio de 2009
Las funciones electorales de los ministros
Todo el gabinete kirchnerista quedó a disposición de la
campaña
Julio De Vido y Alicia
Kirchner
aportaron las cajas de sus ministerios para distribuir
fondos.
Ricardo Echegaray
se ocupó de anunciar buenas noticias del superávit.
Héctor
Icazuriaga
acompañó a Kirchner en las recorridas,
Zannini y
Guillermo Moreno
hicieron adoctrinamiento y
Florencio
Randazzo
fue el gladiador mediático. Todos tuvieron su papel.
![](http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0375/img/Julio.jpg)
Los repartidores. Alicia Kirchner y De Vido fueron los
principales soldados de las giras proselitistas.
Con victoria o derrota, el final de la campaña no sólo será
el comienzo de una nueva etapa para el oficialismo. Además,
será el término de una gira proselitista que puso a todo el
gabinete kirchnerista al pie del proceso electoral.
Comandados desde la Quinta de Olivos y para impulsar la
candidatura de Néstor Kirchner en tierras bonaerenses, cada
uno de los miembros del Poder Ejecutivo cumplió una función
puntual y sistemática.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, y la ministra
de Desarrollo Social y hermana y cuñada presidencial, Alicia
Kirchner,
fueron los que cumplieron con el aporte de la caja de sus
respectivas carteras. Sólo en un mes, De Vido recorrió más
de treinta localidades bonaerenses donde anuncio planes de
obra pública con una inversión superior a los 3 mil millones
de pesos. La hermana Alicia no sólo recorrió el Conurbano,
sino que además desplegó la entrega de pensiones no
contributivas en distintas provincias. El viernes, la
ministra repartió casi 3 millones de pesos en subsidios en
Berazategui. No sólo se quedó ahí, después entregó 6
millones de pesos en órdenes de pago para instituciones de
la Ciudad de Buenos Aires.
Amado
Boudou, titular de la ANSES,
no pudo quedar al margen del reparto electoral. En dos
semanas recorrió Santa Fe, Neuquén, Chaco y la provincia de
Buenos Aires. En total, anunció un aporte para obras
superior a los 500 millones de pesos. En todos los actos
apoyó a cada uno de los candidatos locales del Frente para
la Victoria.
Ricardo Echegaray, mandamás de la AFIP, tuvo un papel más
que especial. Desde sus oficinas partieron datos claves para
las causas que involucraron a Francisco de Narváez en
presuntas evasiones fiscales. Incluso en pleno cierre
electoral dio una buena noticia: que en mayo la recaudación
fue récord y superó los 27 mil millones.
Fuera de la entrega de fondos,
la Secretaría de Inteligencia
también puso su granito de arena. Como ladero incondicional,
Hector Icazuriaga, el Señor Cinco,
acompañó a Kirchner en casi todos los actos en los que el ex
presidente tocó suelo bonaerense. Pero el hombre que maneja,
al menos en los papeles, los servicios de inteligencia,
también tuvo otra misión. Manejó los fondos para el pedido
de encuestas y es quien le acerca los números al ex
presidente.
Francisco Larcher, el número dos de la
SIDE, le puso el cuerpo a la campaña. Indagó en el archivo
personal de cada uno de los candidatos de la oposición para
los ya clásicos “carpetazos” oficialistas.
Dentro de la mesa chica de la quinta presidencial, el
secretario de Legal y Técnica volvió a ser el cerebro de la
campaña. Fuera de la exposición,
el “Chino” Zannini
calculó como primera medida la letra chica del
adelantamiento de las elecciones, el paso inicial en la
estrategia K. Luego lideró el “operativo estímulo” entre las
filas kirchneristas para guiarlos a la victoria electoral
con charlas para militantes en la Casa de Santa Cruz.
Otro que tuvo su papel doctrinario en la campaña fue
el controvertido secretario de Comercio Interior, Guillermo
Moreno. Con actos en La Matanza y en la zona de
Mataderos, Moreno bajó línea apostando al “proyecto nacional
y popular”. La última etapa de la campaña lo mantuvo
concentrado en sus peleas internas, que no son pocas.
Florencio Randazzo, el ministro del Interior,
tuvo que enfrentar los micrófonos. Fue el vocero de la
campaña, intentando defender los designios kirchneristas
ante la prensa. Además de cumplir las funciones de gladiador
mediático, Randazzo fue otro de los guardaespaldas de Néstor
en cada una de las recorridas.
El jefe
de Gabinete, Sergio Massa
fue otro que tuvo que ser la cara visible K en los medios de
comunicación, pero más que nada se focalizó en la campaña de
Tigre, donde Malena, su mujer, es uno de los principales
candidatos.
El 28 marcará si la estrategia y el reparto de funciones fue
el correcto. Por las dudas, ya se pronostican cambios en el
tablero. Se cerró una etapa.
Perfil.com